Los contenidos de este estudio parten de la difusión de la nueva tecnología de la Inteligencia artificial, y su poderosa incidencia en la sociedad. Centrado en el punto de vista del Derecho, se parte de la consideración de los sistemas inteligentes como máquinas, valorando las distintas opciones que hay entre la concesión a éstas de una cierta personalidad electrónica, hasta su consideración como meros bienes sin subjetividad alguna. Frente a las calificaciones clásicas, este estudio valora la regulación de los sistemas inteligentes como «agentes», en el sentido de que realizan trabajos y actividades para el ser humano que los utiliza y dirige. Este criterio permite igualmente la gestión de resultados de la actuación de los sistemas inteligentes, tanto la atribución de resultados positivos como la imputación de resultados negativos como la responsabilidad y la indemnización del daño. Termina el estudio con una referencia a los sistemas inteligentes de diseño androide, advirtiendo de que estamos en un campo minado por la tendencia humana a la consideración como semejantes de los robots de diseño humanoide. Como se advierte en las conclusiones, es muy posible que esto derive en un estatuto jurídico peculiar para estas criaturas cibernéticas, y socialmente en una ética robótica.