Las mejores bibliotecas han estado siempre en la vanguardia de la aplicación y desarrollo de las tecnologías de la información desde su origen en Mesopotamia a mediados del tercer milenio a. C. hasta la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América en la época contemporánea. En los últimos decenios, las mejores bibliotecas del mundo han estado también al frente del reto de la transformación digital, automatizando su gestión y sus servicios, colaborando en el desarrollo de estándares para la web y transformándose en auténticas bibliotecas digitales abiertas sin dar la espalda a su rico patrimonio histórico en papel y otros formatos. En este momento están siendo también pioneras en la aplicación de servicios avanzados basados en técnicas de inteligencia artificial. Entre las más visibles para sus usuarios destaca la implantación de chatbots basados en tecnologías neuronales en sus páginas y canales de atención, dirigidos a todos los que no pueden desplazarse a las bibliotecas físicamente —cada vez más numerosos en un entorno digital— pero sobre todo a esa gran mayoría que se está habituando a acceder a la información y a los servicios a través de sus dispositivos. La utilización de chatbots y agentes inteligentes permite resolver gran cantidad de problemas cotidianos en el uso de las bibliotecas, y libera a los expertos humanos para dedicar sus fuerzas a resolver problemas nuevos y realimentarlos en los sistemas de ayuda, contribuyendo a la mejora de sus servicios. La disrupción en las relaciones sociales presenciales y en la disponibilidad de agentes humanos que ha provocado la pandemia Covid-19 ha provocado un interés creciente por los agentes inteligentes para asegurar el servicio también a los usuarios tradicionales, contribuyendo a situar esta tecnología en el centro de atención de la comunidad bibliotecaria.