La inteligencia artificial está revolucionando la práctica de marketing desde diversos puntos de vista.  En función del desarrollo alcanzado la inteligencia artificial puede tener una inteligencia mecánica, analítica, intuitiva e incluso una inteligencia empática. La inteligencia empática permite a las empresas la posibilidad de utilizar asistentes virtuales o robots de servicio que, con diferentes niveles de antropomorfismo, puedan relacionarse con los clientes con inteligencia emocional. Estos asistentes virtuales ofrecen un servicio de atención al cliente personalizado y basado en la experiencia. Así, por ejemplo, los asistentes virtuales pueden utilizarse en la fase pre-compra para pedir consejo, en la fase de compra para realizar la transacción de manera rápida a través del histórico del cliente y en la fase post-compra para ofrecer un buen servicio post-venta e incluso gestionar quejas de manera adecuada. El reto para las empresas se centra en diseñar asistentes virtuales que muestren el nivel de empatía adecuado para mejorar la experiencia de compra en cada una de sus fases.