Son evidentes los profundos cambios que sigue experimentando nuestra sociedad fruto de la implantación de las telecomunicaciones y los sistemas informáticos; difícil se antoja encontrar ya actividad o entorno en el que estos avances no estén presentes de algún modo. Y es que gracias a ellos hemos podido disfrutar de grandes e importantes mejoras en nuestra calidad de vida, logrando realizar determinadas acciones de forma rápida, eficiente y sencilla. Tras una primera etapa en la que la presencia de la computación en las distintas ramas del conocimiento —como la ingeniería, las matemáticas o la física— era tímida y testimonial, pasó a ser la herramienta indispensable para poder alcanzar los objetivos señalados.

Las ciencias jurídicas tampoco han sido ajenas a la evolución tecnológica y han encontrado en la informática una valiosa aliada para, entre otros muchos asuntos, poder gestionar de manera eficaz la enorme cantidad de datos que dimanan de un sistema legal cada vez más vasto y complejo.

Como veremos a lo largo de este trabajo, la implementación de las herramientas tecnológicas en el sector legal ha sido constante y en su conformación actual están interviniendo decisivamente la evolución de los equipos informáticos, la instauración progresiva de otras ciencias avanzadas como la inteligencia artificial o la tecnología Blockchain.

Llegado este momento y, antes de proseguir, creo necesario realizar una pequeña aclaración terminológica y es que, como dijo Salvador Paniker, «si te explicas a ti mismo te explicas a los demás». Y es que cuando estaba recopilando información para llevar a cabo este trabajo, me fui topando con numerosos términos o expresiones como: «tecnología de la información y el derecho»; «ciberderecho»; «derecho digital»; Legal Tech ... cuya aparente ambivalencia me provocó cierta confusión. Una vez resueltas mis dudas, estoy en condiciones de precisar que, el binomio derecho-informática se fracciona en dos líneas bien diferenciadas: la denominada «informática jurídica»: ciencia que estudia el conjunto de aplicaciones de la informática en el ámbito del derecho y el denominado «Derecho informático»: rama que, estando especializada en el ámbito tecnológico, es la encargada del estudio del marco normativo que regula el impacto de la informática en la sociedad.

Es evidente que el iter de la denominada «informática jurídica» —protagonista de este parvo trabajo de investigación— iba a estar condicionado por los avances tecnológicos que se iban a ir produciendo y es que, en tan solo 80 años, los enormes y complejos equipos se han transformado en modernos y accesibles dispositivos.

Sin ánimo de realizar un exhaustivo análisis de su evolución histórica, a lo largo del trabajo incidiremos especialmente sobre los hitos más importantes de esta nueva disciplina que, como defiende Valeria Coapaza «Convoca como ciencia el tratamiento lógico e informático de la información jurídica».